Gestión del tiempo

Hace unos días en un curso de FPO en el que doy ISO, marco legal de la informática, UML, Oracle y seguridad -entre otras cosas-, me tocó hablar del cálculo de costes de los proyectos.

Cuando comenzamos a hablar del valor del tiempo y del control del tiempo, los alumnos se quedaron flipados de la metodología que empleo y mi experiencia personal.

Aquí se me vino a la cabeza un correo que me escribió un muy buen amigo preguntándome por la «fórmula de la cocacola»: poder llevar tantas cosas para adelante y ser eficiente en todas ellas.

La verdad es que cosas que damos por obvias, mucha gente no las ve así. Y una de ellas es la importancia de gestión del tiempo. Algo que me permite tener tiempo para hacer lo que debo hacer, y tener tiempo de sobra para disfrutar de la vida.

Termina Agosto, y comenzaremos Septiembre hablando en el blog de una serie de elementos que son claves para el ejercicio de la actividad profesional: la gestión del tiempo, la gestión de clientes, gestión de objetivos, la gestión del conocimiento, y la gestión del dinero.

Comenzaremos por el primero de ellos, y más importante: la gestión del tiempo.

De todos los bienes con los que contamos para ejercer una actividad profesional, el tiempo es el más delicado: disponemos de una cantidad pequeña, muy limitada de él. No podemos asegurar a priori de cuanto tiempo disponemos. Nos viene en una cadencia constante; que casi siempre es inadecuada: a veces necesitamos que corra más rápido, a veces que corra más lento. No podemos almacenarlo. Y si no lo aprovechamos cuando viene, lo perdemos para siempre.

Todo eso hace ya de por sí el tiempo importante. Pero para el caso de los profesionales independientes, el tiempo es aún más importante. Cuando comenzamos, casi todos tenemos un modelo de negocio orientado al servicio -ya que el modelo de negocio orientado al producto tiene una inversión inicial fuerte, lo que no tiene el modelo de negocio orientado al servicio-. Dar un servicio con frecuencia es convertir nuestro tiempo en dinero. De hecho, aunque no creo en facturar por horas, sino en facturar por valor -solamente facturo por horas a los clientes que no entienden la realidad de otra forma-, factures por horas o por valor conviertes tu tiempo en dinero. Con el tiempo limitado, y teniendo en cuenta que tus precios deben estar dentro de mercado, la capacidad que tengas en gestionar tu tiempo es clave para poder ganar más dinero. Poco a poco serás capaz de orientarte a modelos de negocio que no necesiten intercambiar tiempo por dinero… pero eso también necesita tiempo. Por ello, la gestión del tiempo es crítica.

Disclaimer: muchos piensan que si gestionas bien tu tiempo eres un esclavo de tu método. Lo vi en la cara de los alumnos, y algunos con más confianza me lo argumentaron después. Pero eso es rigurosamente erróneo. Y lo se, porque lo vivo en el día a día: mi sistema de gestión de tiempo es realmente estricto, y disfruto mucho de la vida. Hago mi media hora al día de pesas en el gimnasio que tengo montado en mi casa -no pondré fotos para no despertar más envidias-, tiro con arco, juego al go, leo mucho -un libro a la semana-, y disfruto mucho de las cosas diarias. Esto es así gracias a que mi tiempo es productivo, por lo que termino antes de hacer lo que tengo que hacer, y tengo tiempo para hacer lo que me apetece. Es decir, porque tengo una buena gestión del tiempo.

Hay tres elementos claves para una buena gestión de tiempo: un método de gestión de tiempo, un mecanismo de enfoque y planificación, y eliminar los destructores de tiempo.

El método de gestión de tiempo que empleo es el «Get Things Done», de David Allen. Un método muy potente, seguido por muchos emprendendores y personas con gran responsabilidad en muchos temas. Y he de reconocer que yo sigo el «Get Things Done» al pié de la letra. La próxima entrada en este blog será precísamente sobre el «Get Things Done», que merece una entrada aparte.

Respecto al mecanismo de enfoque y planificación, audito el uso de mi tiempo. Anoto en plantillas a qué dedico mi tiempo, y evalúo semanal o mensualmente si estoy consiguiendo lo que quiero. También hablaré de esto más adelante.

Finalmente están los destructores de tiempo. No hablamos de «tirar el tiempo», entendido como algo activo fruto de una decisión voluntaria -vulgo ocio-, sino desperdiciar la vida. También hablaremos de eso.

El próximo post: Get Things Done, la religión de los que tienen semanas de doce días.

Tags:gestión del tiempo

Tiro con arco y paloma

Hoy mi buen amigo Pepe me ha comentado que como que no hablo del tiro con arco en mi blog. Lo haré, no te preocupes. :-)

Pepe, para el que no lo conozca, además de una bellísima persona, un técnico extremadamente cualificado, y un excepcional fotógrafo, es un buen tirador de arco compuesto. Fue el que me introdujo en el mundo de la arquería, aunque muy a su pesar, he terminado haciendo tiro instintivo.

Los dos tiramos en el mismo club: Arqueros de Málaga.

Hablaré del tiro con arco. De momento, unas fotos en mi estudio de una paloma inocente que parece que ya no reconoce otro arma que no sean las de fuego:

Tags:arco

¿El reto del go por ordenador resuelto?

Ha salido hace poco en los medios la noticia del congreso de go de EEUU: un ordenador ha vencido a un jugador profesional de go. Sin embargo, lamento decepcionar a la prensa amarilla de la informática: el reto del go por ordenador está aún muy lejos de ser resuelto; especialmente porque la importancia de la noticia ha sido ya sobredimensionada por los organizadores del evento, y aún más por los medios que desconocen el go.

Lo que ha ocurrido es que en una tanda de partidas informales en un evento de go entre un jugador de go profesional 6 dan -no 8 dan, como dice la noticia; podeis mirar el nivel de Kim MyungHwan aquí– y el MoGo, ejecutándose sobre un cluster de 15 Teraflops de potencia de cómputo, el supercomputador consiguió con un handicap de 9 piedras vencer una de las partidas de 1 hora por 1,5 piedras de ventaja. El tiempo empleado por MyungHwan para pensar fue de 13 minutos en total, y el de MoGo, casi una hora.

Si esa victoria fuese consistente -es decir, realizaran varias partidas y el resultado fuera el mismo-, en torneos en los que el límite de tiempo fuera el normal, y MyungHwan le dedicara a la partida el tiempo que le dedica en los torneos, pondría a MoGo en un cluster de 15 Teraflops a un nivel de 3-4 Kyu.

Para los que no saben jugar al go, dar un handicap de 9 piedras al principio a partir de determinado nivel es una ventaja brutal -la analogía de ajedrez es que negro arranque la partida sin dama, ni álfiles, ni torres-. Por lo que no podemos considerar el reto de que un ordenador gane a un profesional como resuelto. El reto ING es ganar a un profesional sin handicap. Ni siquiera estamos cerca haciendo analogías con el ajedrez: el supercomputador que venció en un torneo serio al mejor jugador de ajedrez del mundo tenía 0,2 Teraflops de potencia de cómputo. Cada nivel de profundidad más que aumente la búsqueda a fuerza bruta supone un incremento de las necesidades de cómputo; y la humanidad no tiene potencia de cómputo sumada para leer dos niveles más de profundidad de lo que el MoGo ya lee.

Lo que ha ocurrido es un avance: conseguir un programa que juege al go con un nivel de 3-4 Kyu es un éxito. Sin embargo, ha sido más un avance de hardware que de algorítmia; ya que MoGo es un programa de algoritmo de MonteCarlo. De los basados en el conocimiento, el más fuerte -Goemate- recibió hace unos años una brutal paliza con 25 piedras de handicap frente a un 1 dan.

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