El lugar donde trabajo

En varias conversaciones en Madrid salió el tema de donde tengo «las oficinas». La calidad de mi lugar de trabajo es muy importante para mí; de hecho, trabajar donde lo hago ahora es la razón de que no me vaya al Parque Tecnológico de Andalucía, porque cobre más si realizo los proyectos en oficina de cliente, y por la que mi trabajo actual es muy agradable.

Mi casa tiene tres plantas. La tercera de ellas, está acondicionada como oficina, y es el lugar donde trabajo. No desperdicio el tiempo, por lo tanto, transladándome de casa al trabajo.

La oficina está en un ático abuardillado. Tiene 80m2. Según entras, de la planta media, atraviesas mi biblioteca; dejando a la derecha la mesa de pruebas de electrónica, y el televisor para videoconferencias; y a la izquierda el almacén.

Entrando ya en la parte habitable, tengo dos mesas: una para lectura y estudio -algo a lo que todo ingeniero dedica un porcentaje importante del día-, y la otra para trabajo y los ordenadores.

El mar no se ve en dos de las tres fotos, por efecto de la luz, ya que cuando saqué las fotos estaba de un azul muy luminoso; pero la línea del horizonte, con el mar, está a la mitad de la altura de la palmera más a la izquierda.

La mesa de estudio está a la izquierda; sentado en ella, hay una vista muy relajante. Las dos fotos están tomadas sentado en la silla, en la mesa, a la izquierda y al frente.

De esta vista a la izquierda se ve salir el sol; y las salidas de la luna son impresionantes.

A la derecha tengo dos puertas grandes de cristal; desde la que se ve otra vista espectacular. Es por donde se pone el sol.

Y estas son mis oficinas. Aún tengo que terminar de forrar las paredes de madera -lo que se ve en el techo y en las paredes son placas de poliestireno expandido-. Ahora, en pleno verano Malagueño, a temperatura máxima y con todo cerrado, estamos a 28º, que caen a 25º si abro la ventana y entra el aire. En invierno hacía algo de más frío -las temperaturas caían por debajo de los 20º-; aunque desde que monté los paneles de poliestireno, y el falso techo, la temperatura siempre se mantiene por encima de los 21º, hasta en las noches de invierno -ojo, hago trampa: ventanas y puertas llevan doble acristalamiento y cristal laminado-.

No negaré que montártelo por tu cuenta tiene sus ventajas. ;-)

Yo si estoy a favor del Colegio

Actualización: Como Ricardo ha borrado el Pingback a mi refutación de su entrada, la pongo aquí: Como hacer un buen show me the code

El post original que tanto molestó:

No suelo leer a Ricardo Galli; no es santo de mi devoción, y lo que escribe no me suele parecer especialmente interesante. Especialmente porque a veces le dan ataques en contra de sus diversas fijaciones. Una de ellas es el Colegio Profesional. Teniendo en cuenta que cosas como colegiación obligatoria para firmar proyectos no las veremos ni en los más violentos viajes de ácido, y que unas míseras atribuciones -algo que, por cierto, tienen casi todas las ingenierías- son más difíciles de conseguir que la paz mundial, no se porqué está tan visceralmente en contra: si no le gusta el Colegio, que no se apunte.

Sin embargo, lo que no termino de entender de Ricardo es otra de sus pulsiones: la de repetir incesantemente lo poco que aprendió en la carrera de informática. En este post comenta, entre otras cosas, que terminó una carrera de informática desconociendo programación orientada a objetos, lo básico de teoría de control, simulación no lineal, redes -por lo que cuenta, TCP/IP-, Prolog, Smalltalk, C, C++, la tansformada de Fourrier, y a programar y administrar Unix.

Tengo que reconocer que desconozco el sistema educativo argentino; de hecho, estaba convencido que esas cosas sí se estudiaban allí -algún lector argentino que me lo confirme, por favor-. Como ya dice uno de los comentarios de la noticia, no termino de entender como consiguió la homologación, ya que parte de lo que comenta es materia troncal. Lo bueno de esta entrada es que gracias a ella puedo entender el porqué de la opinión de Ricardo respecto a los estudios de informática y al colegio. Habiendo estudiado lo que ha estudiado como carrera de informática, hasta entiendo que considere que el Ingeniero en Informática sabe menos de informática que el físico -como se desprende de esta entrada de su blog-.

Mi historia personal es bien distinta a la de Ricardo. A diferencia de él, todo lo que comenta en su blog yo sí lo aprendí en la carrera. No estudié informática en una universidad privada; lo hice en una universidad pública de provincias. Salvo control y simulación, que eran asignaturas optativas, el resto era o troncal, o obligatorio. El nivel de conocimiento que adquirí estudiando Ingeniería Informática me permitió trabajar en laboratorios de física de fuera de España. Primero de física del estado sólido, después de biofísica molecular. Y encontré un montón de físicos que eran muy buenos en lo suyo; pero que usaban la informática y las rutinas en Fortran enlatadas como caja negra. La colaboración fue estupenda: mis conocimientos en informática adquiridos durante mi estudio de Ingeniería Informática me permitió ser útil y realizar aportaciones importantes -sobre todo en los métodos numéricos que empleaban, y en la paralelización de sus aplicaciones-; ellos aprendieron muchas cosas de informática de mi, y yo aprendí un montón de física de ellos. Muchos siguen siendo muy buenos amigos, y mantengo contacto con ellos. Mi titulo me fue útil no por las atribuciones, sino por los conocimientos que adquirí al estudiarlo.

La verdad es que estoy muy cansado de leer a gente como Ricardo echando mierda sobre el tejado de la casa de la Ingeniería Informática. Estoy muy cansado de leer y escuchar a presuntos popes y gurús diciendo que, si quieres saber de informática, hazte teleco, físico o biólogo. Estoy a favor de dignificar nuestros estudios, nuestra carrera y nuestra profesión. Estoy a favor de unos estudios duros, como los que hice en su día, que formen gente muy cualificada. Estoy a favor de que se reconozca socialmente esto. Y estoy a favor de cualquier grupo de presión que defienda la calidad de la Ingeniería Informática como titulación, y el reconocimiento social de los que tengan este título. Por ello, estoy a favor del colegio. Esta es la única profesión que tiene una pléyade de monaguillos chiripiflauticos canturreando desde sus púlpitos cuan poco vale, y cuan poco se aprende estudiándola en la universidad. La única carrera universitaria que, cuando el ministerio reúne un grupo para estudiar aquello fruto de sus estudios, no invita a nadie con dichos estudios. Porque antes entrará Chikilicuatre que un Ingeniero en Informática en la Comisión Interministerial de la Sociedad de la Información y de las Nuevas Tecnologías en España. Y siempre habrá un Ricardo que dirá que aprendió más informática afinándole la guitarra a Chikilicuatre que en cinco años de Ingeniería Informática.

Se ha creado finalmente el Colegio Profesional de Ingenieros en Informática de Andalucía, y yo estaré en el censo. Y colaboraré en lo que sea necesario.

Y, Ricardo; no sabes lo que siento que no hayas podido aprender informática en tu universidad cursando estudios de informática, y hayas tenido que ir a aprenderlo a un laboratorio de física. Yo tuve la suerte de aprenderlo estudiando Ingeniería Informática en Málaga.

Actualización 2 (Julio del 2009): Disponible la opinión de Ricardo Galli sobre la Ingeniería del Software. No tiene desperdicio.

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Felicidades a todos los aprobados…

Ya he hecho finalmente pública la última lista de notas que faltaba por publicar. Los resultados han sido excelentes, tanto en Fundamentos de los Computadores, como en Programación Lógica. Esta entrada es para mis ex-alumnos que han aprobado este año; para el resto de los lectores habituales de este blog probablemente os sea de poca utilidad.

En Fundamentos de los Computadores, la respuesta al nuevo tipo de examen ha sido muy buena: este año el examen práctico ha tenido un 50% de la puntuación en un problema real, con la complejidad que puede tener un problema del mundo empresarial. Os habéis pringado, habéis hecho prácticas, habéis estudiado, y los resultados han llegado: dos matrículas de honor, y tres de cada cuatro presentados aprobados. Algunos estabais acojonados con un examen con problemas reales de los que salen en las empresas. ¿A que no es tan complicado cuando se lleva la asignatura preparada? };-) Frente a la carnicería del año anterior, este año con un temario mucho más complejo y exámenes mucho más duros, habéis sacado unas notas muy buenas. Felicidades.

En programación lógica también los resultados han sido muy buenos. De la treintena de exámenes corregidos, estaban suspensos menos de media docena. Estoy contento de los resultados, y espero que vosotros también lo estéis. Los que habéis suspendido, poneros las pilas: septiembre está más cerca de lo que parece. En esta asignatura, lo que siento es que entre funcional y lógica nos tenemos que repartir 6 escasos créditos; por lo que apenas he podido daros pinceladas de lo que realmente podíais haber aprendido si hubiera mas tiempo. Me encantaría disponer del tiempo que tengo en Fundamentos de los Computadores, y poder enseñaros y poneros problemas al nivel que os serán útiles si trabajáis de ingenieros en lugar de terminar en una cárnica picando código barato en Java. Desgraciadamente, este paso lo tendréis que dar solos. Os aconsejo que profundicéis. Que el hecho de que esto no aparezca en las ofertas de empleo de las cárnicas no significa que no valga ni sea importante. Yo he ganado dinero con estos conocimientos, y vosotros puede que los necesitéis.

Finalmente, voy a poner un par de vídeos interesantes, a modo de consejo final a todos los alumnos que habéis pasado por clase, a muchos de los cuales no volveré a ver en el futuro.

El primero es un discurso excepcional de formatura impartido por Steve Jobs a los formados en Stanford en la promoción del 2005. Un discurso brillante, en el que comunica muchas verdades profundas, de las que lleva una vida aprender:

El segundo vídeo es de una música de Baz Luhrmann, cuya locución es -cambiando fechas- una columna de Mary Theresa Schmich publicada en el Chicago Tribune. Se ha convertido en todo un clásico, y seguro que lo conocereis.

Los dos vídeos a mi me ponen la piel de gallina. Espero que os sean útiles. Y mucha suerte en lo que emprendáis, sabéis que me tenéis para lo que necesitéis.

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Telefónica no soluciona averías en satélite bidireccional profesional si usas Linux

No quiero convertir este blog en un blog anti-telefónica. Pero Telefónica no se deja. La última: no sólamente que una conexión por satélite bidireccional «premium profesional» no funcione adecuadamente, sino que además se niegan a solucionarlo porque he cometido un crimen… usar Linux.

La historia comienza con una soleada mañana levantándome, y poniéndome a trabajar. La conexión a Internet, no funciona -intento acceder por ssh al servidor, y no puedo conectarme-. Hago las pruebas de acceso, y me da una respuesta como esta:

rendimiento satelite bidireccional telefónica

Para los que aún no lo saben, he pasado un infierno con la conexión a Internet, gracias a la empresa que tiene el monopolio en mi área: Telefónica. Finalmente la única solución ha sido desembolsar más de 3000 euros de golpe -sé lo de que se puede hacer un leasing, pero alguien me «perdió los papeles» y aunque firmé un leasing, me llegó una factura de 3799,89 euros, con fecha de pago en menos de un mes, con una bonita colección de amenazas si no la pagaba; pero todo estándar, nada personal-. En fin: pago -que remedio; me hago a la idea que este pago es como el «servicio de lavandería» de Chicago-, e intento seguir adelante. Contrato una conexión premium profesional de satélite bidireccional con Telefónica, que se supone que es fiable y que no se corta. Se supone que da 2Mb, y cuesta una pasta al mes, más el bonito desembolso del principio. El montaje bien, gracias. Vamos, pues, a disfrutarlo.

Volviendo a la historia, me levanto, y no funciona. Cargado de infinitas dosis de buena fe y resignación -más de lo segundo que de lo primero-, llamo al 900101010. Consigo hablar con un humano -lo que tiene un trabajo de narices-. Le digo que tengo un satélite bidireccional con Telefónica, opción «premium profesional», con su «ADSL e-oficina empresa» -de contratación obligatoria- y su paquete de «mantenimiento básico»-. Ella me dice que los ventimuypocos kbits por segundo están cercanos al 1% del caudal contratado en una premium profesional de satélite bidireccional de Telefónica -eso ya lo sabía-, y que llame al 902357000 -que precisamente era lo que me temía-.

Este número, para los que no conozcan Telefónica -algunos lectores de este blog viven en el primer mundo-, es un teléfono al que llamas; y, por 6 céntimos minuto, te tienen al teléfono diciéndote que te esperes durante quince minutos, para después entretenerte otros 15 con obviedades. Los 6 céntimos por minuto, los cobra Telefónica. No, no es una broma.

Bueno, pues después de un euro de paciente espera, y otro euro de preguntas chorras por una tal señorita Celia -las mismas preguntas para el satélite bidireccional que para un ADSL; incluso preguntando por las «lucecitas verdes» cuando el router tiene las luces azules-, llega la pregunta clave: ¿Tiene usted sistema operativo XP? En uno de mis lapsus de buena fe e inocencia expongo que no, que no hay ningún XP en mi casa, que tengo máquinas Linux y MacOS. A lo que me responde diciendo: «Lo siento. No soportamos dichos sistemas operativos». Le comienzo a decir: «Disculpe, pero cuando contraté la conexión a satélite me aseguraron que no habría problema con dichos…» después del «con dichos», me doy cuenta que estoy hablando solo, y que en algún momento de la frase, me han colgado en la cara.

Vuelta a llamar al 900101010 «Respuesta empresarios», y después de varios intentos, consigo hablar con un operador humano, una chica a la que le digo que quiero hacer una reclamación por el satélite bidireccional que no funciona y por el mal trato del soporte. La respuesta es: «Usted lo que tiene es una línea de 19 euros» y me cuelga en la cara. No se toma la molestia de comprobar que el teléfono llamante no es el teléfono del satélite bidireccional -un teléfono que te obligan a contratar, pero que no puedes usar-. «Respuesta empresarios», para Telefónica, es colgar en cuanto escuchan la palabra reclamación.

Se que se me queda cara de gilipollas. Vale que estoy es la más completa y absoluta indefensión. Llevan seis meses demostrándome hasta qué punto el cliente es un ser al que se aliena y se le cobra. Pero no es necesario restregármelo por la cara. Al menos, que me anoten la reclamación y se limpien el culo con ella, como han venido haciendo el último semestre con todas las reclamaciones por todas las putadas que me han hecho. Si alguien sabe como teletrasportar mi casa a un lugar civilizado, por favor que me lo comunique. Desgraciadamente, el mercado inmobiliario ya está diseñado para evitar que votemos con los pies. Pero eso lo dejaré para otro post.

Lo triste es que no es solo a mí: cualquier reunión de innovadores tecnológicos se convierte en una reunión de autoayuda de «emprendedores anónimos» en cuanto tocamos determinados temas. No es un tema personal: Telefónica es como las almorranas, la gente la sufre en silencio. Cuando salimos de las grandes ciudades, muchos se resignan en silencio, y otros menos protestamos. Y a los que protestamos, se nos ignora. Pero este problema es como el elefante en la sala del anuncio inglés: ignorarlo no lo hará desaparecer.

Os deseo un año con conectividad decente; y que vuestro operador de telecomunicaciones de turno no os incomunique respecto a vuestros clientes. Y que el SAT de vuestro operador no reniegue de solucionaros problemas por no pagar el «impuesto Microsoft».

Actualización: Ya funciona «correctamente», es decir, da un 9% del ancho de banda contratado. Gracias a todos los que habeis manifestado vuestro apoyo en comentarios al blog, por teléfono o por correo electrónico.

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